miércoles, 31 de agosto de 2011

Antesala al “Último Regalo”

“Los detalles:
Agrandan el corazón y elevan el espíritu de quien los da;
 alegran y vivifican a quien los recibe”.

Prologo

"El mejor y mayor regalo que Dios nos dio fue su hijo en la cruz -Árbol de amor, pasión y locura-, y al final será mayor su demostración: nos regalará el perdón… pináculo de amor... ¡Oh Misericordioso Señor! Es esa entrega que no reconoce el ideal fundado, sino que nace de la esencia del ser,  se alimenta de la dadiva y crece entre lo sencillo y el detalle libre... cimentado en la convicción de la decisión de amar".

¿Puedo amigo escribir sobre el “amor”? Tanto y poco se ha hablado que fácil de responder no es, no se entendería, ¡no alcanzaría!  ya que no es de fácil o corto aserto… sólo hoy mi historia cuento; no soy sabio, ni filósofo, menos dios; mas una simple analogía puedo hacer desde mi trinchera y corto aprendizaje por lo mi madre y Cristo mostrado. Tal vez me tomes como idealista mas no creo ser un antagonista.

Es camino ajustado, y si tu andar es pausado como la de un niño, sin tiempo, sin miedo; sólo asombrándote y admirando aquel camino que optaste seguir llevándote a que en cada parada veas coloridos y diversos paisajes, aromas que  perfuman los parajes que una y otra vez deseas  transitar… Serán siempre únicos y nuevos.

Habrá confusión, miedo e indecisión porque  la mente pueda que instaure, “no escuche”, imponiendo su razón; vocifere aduciendo vidas diferentes... mas atisbar debes la mejor solución, debe haber convicción en el corazón, más la felicidad de eternos momentos que afirmarán tu opción a elegir y facilitará la palabra… a la hora de cortejar.

El temor acompaña en justa medida, pues valoras esta decisión… ¡la respetas! y por supuesto a quien elegiste y  deseas lo mejor, pero, "el corazón es impertérrito cuando se siente en lo alto de la colina de la suerte de los sueños".  Lo acompañarás con la lucha de cada día y crueles carencias vetustas para ser mejor, ser auténtico, ser libre, para ser compañero en camino de uno que lo hacen dos... que se hace en Él… Artesano de la obra que tú soñaste en pasión, en locura, seguridad y unión.

¡Déjate llevar por tu corazón! habrás oído, cierto es, atento y con valor ¡escúchalo! déjate llevar, verás que sencillo puede ser esa comunión mágica sintiendo la presencia de Dios, creador del perfecto amor y no se perderá la gran fiesta que hay en ti, en ella…en cada bella unión y ahí verás qué sencillo que era… AMAR

La razón del presente

¿Ella?… Al principio ya la creó Dios, entre océanos en calma y suave brisa, con largos ratos de vientos y tempestad, encontrándola en verdes praderas de aire cristalino...

en el pasado, esperarla paciente  en su ausencia, volar suavemente con su presencia, sentirla en silencio y como cimiento… Es un espíritu que aquilatando paz va, fluyendo entre sal  y su raro  dulzor; entre su belleza y el fragor de mi pasión que discurre en el río a orillas de nuestra piel y, ¡loco seria! sí al  ver su cuello, hombros y espalda; su color, calor y el aroma que desprende… tan cerca mío… no los desearía. ¡Orate!, soy en mis formas de amor… ¿y cómo no desvariar? más aún si me dice que me ama deslumbrando sonrisas entre resquicios  que aún queda entre los dos y es que me enloquecen sus pensamientos, sus gestos, sus razones inefables y saber que me quiere confusamente así….
Es cima en espera jamás conquistada… volcán a punto de erupción; bruja buena o hada madrina de este bosque encantado, tierra virgen, río misterioso, luna llena... en oscuro anochecer y sol abrasador que cobija... Mi corazón hechizado ha quedado del bello paisaje que deleita mi mirar… es haberla soñado

Si me preguntas ¿cómo es un beso suyo? Te respondo sin pensar, porque mis labios lo musitarían, sucesivamente cuerpo y alma lo dirían a flor de piel porque es el inicio a la locura de tanta ternura que en estos gesto de amor se untan…Un beso suyo ilusionada es pasión con suavidad a la espera de otro roce, sabiéndose apasionada, disipada, en ardid debilidad y es el fin de tanta espera para perderse en embelesos, fruición y se enseñorea de los besos a mi manera ¡y yo!, esclavo de sus besos. Y el ocaso de un beso que se da con ardid osadía, es solamente la suavidad de su piel acariciando la mía...

¡Oh, qué mejor para afrontar un crudo invierno!, ¡qué aroma, mejor que el de un café!, ¡qué mayor sustento que sus brazos y mirar! No hay chimenea de hogar que despida halito superior que los que me otorgan las pulsaciones de su corazón, el vaivén de su escondido vientre y el ardor de sus roces; la luz tenue de sus ojos que invitan a la hora precisa de amar, volar y rodar en el aire vital de tal estampa…

¿Por qué la quiero?... ¡uhm! si supiera la respuesta encontraría la manera de encauzar tal savia que emana de mi ser;  filósofo dar respuesta no podrá, ni psicólogo, ni doctor, ni asceta podrán curar esta adicción, enfermedad... o chaladura. El  por qué la amo: Respuesta intrincada que la razón confunde y en silencio es hondura del corazón... Arcano que no he de investigar para descubrir el ¿por qué? de este bien y exponerlo al viento sin que suene a jactancia, que es el amor en el tiempo y la distancia, que es lo que sueño y espero…

“ Dueño de soledades el silente y errante viajero siguiendo a la magia de su olor, amando sus detalles, confesando sus talentos, riendo y disfrutando sus alegrías, alaridos, silencios y pensamientos va”.


El inicio de lo último

Escribo en hojas blancas malditos pensamientos, pesadillas o profecías que vislumbraron el ocaso de un amor, que terminaría en penumbras…

 Te veo pasar con tu chaleco blanco -mientras avanzas te lo vas quitando-, andar pausado, mirada al suelo, pensamiento elevado…, austero… Yo a lo lejos.

Buscas el vehículo que te lleve al lugar...quizá vacío; quizá te esperan, no un hermano, tal vez un gran señor o algún niño. Llevas un maletín que creo reconocerlo, pero,  mi vista queda en esa mano que otrora discurría en mi cinturón y sutilmente sujetaba mi mano; manos santas para el enfermo, autógrafa de la receta, la que inyecta el antídoto, alivio y reposo... ¡¿Dime quién mano verá a este cuerpo acmé soportado por pies y manos adustas, corazón ultrajado y de sueños agoreros?!...

Debí darme cuenta… y creo que lo noté, pero fue más la ingenuidad de este amor que caro pagué. Inocencia al no saber y creer que aún podía luchar cuando la decisión tomada estaba y su razón  sin apertura se hallaba; debí darme cuenta que la dureza de tal ser y la frialdad de su actuar era porque ya todo estaba establecido y no daría tregua al avance de la terminación; que el tiempo cedido era para advertir la cruel realidad... ¡no! para falaz esperanza, si no para saber que perdía otra vez. “Vacío, día vacío de tonta espera en mi mente perturba… una vida –absurda-  suficiente no fue para qué lo anhele”.

Aunque sean corazones los que se rompan, el amor que iba creciendo se frustre y la palabra inconcebible será resignación. Las preguntas seguirán “inocentes y torpes” ¿por qué muere un amor?, ¿quién lo mato?, ¿por qué todo cambia, así de pronto?, no hay ideas, no hay respuestas, no hay ya nada. Hay tantas razones allá y tantos dolores acá; pero, algo de ella se quedo y no quiere partir, se impregno en las paredes del recuerdo; algo de ella es fuerza en la razón y la ausencia es el socavón en el que no se encuentra ni la sombra, ni la luz del final que en tal apoplejía uno espera.

Colofón

Esta ofrenda fue impresa en el taller gráfico del andar, en el inicio y final del instante verdadero, profundo, creativo… Dádiva propia y no formato exigido, contradictoria al sistema que mata al niño libre, su intuición, la sencillez y posiblemente tanta sensibilidad.

Contradictorio corazón que elige la libertad de sus amarras, a la opción de la condena
a la soledad fría del cuerpo y a la ida alma. ¡Contradictorio es el amor!, porque es locura más que… buenas razones, lógicas consultas, adultas opiniones o viejas teorías. No hay negación en el presente que habla de realidades verdaderas y profundas, de alimentos para seres alados.


Edición independiente porque no son dos, son uno, “yo soy tú y tú eres yo... cuerpo y espíritu… que se pertenecían en tonta espera…” Ese es el regalo impronta de tu presencia y ausencia grabada desde siempre.

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