lunes, 28 de febrero de 2011

La Soledad – En el arte de vivir

¿Sabes cuántas tiempo he convivido con la soledad?, ¿las veces que le he sentido aún estando rodeado de tanta gente? inclusive estar dentro de una habitación pequeña y tanta gente en ella más de la que podría recibir, y yo ensimismado en el vacío… O estando en ella y ver como el alma se pasea sola distante al corazón que se sienta y no siente mientras el cuerpo yace en la cama con la mente en la nada o escapando de recuerdos, de futuros, de preguntas y juicios... "Vives en una constante proyección astral".

He hablado tanto de la soledad y melancolía en mis poemas, han sido una buena fuente de inspiración y si en otrora me parecía una buena compañera, luego llegue a sentirla como la amiga traicionera y hasta me llegue a cansar hablar de ella, de escribirle, a ya no soportarla, convirtiéndose  en la esposa con la cual  ya no te llevas bien y quieras desposarte, pero… ¿para qué?, para luego quedar en la nada y en un vacio peor… inexistente.

Aunque después aprendí de alguna manera sin ciencia exacta a convivir con ella, a agradecerle porque de ella salieron algunos de mis mejores escritos, porque en muchos momentos me llevó a pensar en mi, en fortalecer mi espíritu, percibir mi alma y perdonar al cuerpo, al pasado y al retraso, y sin que menoscabe mi corazón la volví hacerla compañera. Pero, quisiera que mayormente venga como ella misma, en su esencia… sola, que no venga con sus amigos –de vez en cuando y tal vez para crear que venga con la melancolía- pero que no llegue con el juicio, ni la censura, ni el sufrimiento; sólo la tristeza en su manifestación más pura y limpiadora; que no llegue con las preguntas y reproches, ni las cadenas de sistemas y normas. Que aprenda a dejarla en pequeños ratos y liberarme de ella con mis escritos o internarme en historias fantásticas, otras sosas, reales o fantasías, ajenas y propias, entre autores reconocidos y los escondidos que me llevan a involucrarme atisbando un pasaje de mi vida dentro o la posibilidad de que una cantidad de hojas así sea de mi autoría.

Alguna vez te has puesto a pensar como una misma persona puede escribirle al amor, a los sueños, a la fe y la esperanza y también a la muerte, a la derrota, al frío de una noche eterna y a la misma soledad en su mayor fealdad. Aún mas confundible a la razón es que eso transcurra en breves momentos… quizá así sea lo complejo y complicado de un artista, y sin considerarme tal, pero entre esa complejidad que le gusta lo sencillo, que siente como debe ser la vida de la mujer de muchos años encorvada y andrajos que vende sus caramelos en el centro de nuestro comercio o el anciano de terno de moda añeja que pide una limosna sentado en la acera de nuestra prisa. Entre ese vorágine de sueños y esperanzas de querer vivir plenamente y de pensar en la muerte, comulgar con la melancolía, la tristeza propia y ajena, de transcurrir en este mundo sin haber padecido a lo sensible entre tanta competencia, consumo, egoísmo e indiferencia… y es que quizá la misión aún no está concluida, es más, tal vez que la vocación suprema no es conocida…, es aún buscada.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Tenemos una opción

El Perú ha tenido un crecimiento económico realmente significativo y sin desmerecer a nadie su aporte en los últimos gobiernos quizá mínimo (pero que detrás ha habido hombres que lo han hecho en silencio o mostrándose, al final la gloria se lo llevan los presidentes ni siquiera el partido; menciono esto para resaltar que tan mezquinos, ingratos,  mal y muy poco informados estamos). También está el aspecto coyuntural como ejemplos: la crecida en el precio de los commodities, la imagen del Perú sobre todo en el aspecto del turismo con Machu Picchu o el esfuerzo de tantos peruanos que han rescato la esencia del Perú y la han presentado a nivel internacional, tenemos a Gastón Acurio con la comida peruana por mencionar a uno y una rama de todas de lo rico que es el Perú: artesanía, productos agrícolas de exportación, textilería, diseño y moda… inclusive en programas de exportación y películas premiadas (cuando entendamos nuestras raíces como parte importante, real y de orgullo, no sólo para mostrar maravillas, sino para mostrar quien las hizo y el contorno que fortaleció y no ser una copia –que lo hemos sido por años- de culturas modernas externas que no tienen ni el diez por ciento de la riqueza e historia de la nuestra, seremos más grandes y trascendentes).

Al Perú le falta mucho, como en educación (que gracias a Fujimori tenemos un retraso de más de 10 años), formación y cultura que se la ha tomado mayor interés con el último premio Nobel de Literatura "Mario Vargas Llosa" -la gente empieza a leer-. Falta seguridad y sobre todo que ese crecimiento económico sea bien res tribuido, planificado de tal manera que llegue a ese todavía gran porcentaje que tiene el Perú de pobreza y que no se quede en los bolsillo de tantos corruptos.

No es la primera vez que el Perú tiene un candidato de la calidad de persona: PPK. Por ejemplo tuvimos a Pérez de Cuellar que mencionar sus logros y los premios que ha alcanzado y sigue obteniendo a nivel nacional e internacional me llevarían muchas más palabras e ítems que escribir, pero igual no salió presidente. Lamentablemente estamos acostumbrados a la criollada peruana donde el que tiene el floro y la pendejada (disculpen el término) de la calle convence y gana el liderazgo de la mancha que cree que piensa y no lo  hace; donde nos quejamos de los políticos tradicionales y son a los únicos que escuchamos, que pedimos cambio y nosotros no somos capaces de cambiar nuestras fuentes de información o de ampliarlas; capaces de ahorcar los hábitos o el chip que tenemos instalados desde niños por una tradición familiar de ideologías, políticas o rebeldías antiquísimas que ya no le hace bien al país o caer en ridiculeces como discriminaciones y racismo (nos quejamos de ser discriminados, pero estamos en el mismo juego, lo es el cholo del gringo, el blanco del negro y viceversa; el pobre contra el rico y el rico contra el pobre… de la costa sierra y selva) si entendiéramos de una vez por todas que estamos en el mismo barco y si se hunde nos hundimos todos. Entendamos que el crecimiento de uno es de todos y si los demás no crecen yo tampoco lo podre hacer en mi total dimensión.

Más allá de poner las manos al fuego por alguien y de pretender de que sea perfecto y que solo entrara al gobierno, es reflexionar sobre las posibilidades que tenemos y elegir  por quien tiene una trayectoria lo más limpia posible; de esfuerzo y no de oportunismo o de la politiquería de siempre; de talento, experiencia; conocimiento de nuestro país y el no obtenido por los viajes coyunturales a la hora de elecciones, sino por su querer llegar más allá de su propio interés, y no más que el querer siempre crecer, conocer y dar.

viernes, 11 de febrero de 2011

Hoy llovió en mi ciudad

De cada cinco personas que escucho opinar sobre este clima, cuatro opinan sobre lo desagradable que es y que no les gusta. Son opiniones como estas que me escucho: ¡Qué feo clima!, ¡odio este clima!, ¡que deje de llover…! etc.  Sólo una puede compartir conmigo el gusto el olor a lluvia y limpieza que hace que podemos extender el dialogo; hablar de lo agradable que es el viento húmedo y la acaricie que te da en el rostro, del frio tan suave, que no es como el de invierno, crudo. Lo explicamos en forma poética, filosófica o tal vez loca, y es que es tan diferente al clima de la mayor parte del año que da gusto saborearlo y vivirlo. (El amigo que compartía este gusto toca guitarra y tiene vena romántica, supongo que ese gusto tiene que ver con la sangre sensible que corre en los artistas, con su melancolía, su ensimismado estado natural en el que mayormente se encuentran).
Se, que tanta lluvia perturba nuestro andar rutinario, la agenda apretada de responsabilidades y prisas que llevamos que no registra un día de lluvia, una hora de observación, un minuto de admiración. Se también, que causa daños a la ciudad, pistas agujereadas, techos precarios vencidos, campos inundados, pistas que se transforman en ríos con sus charcos que son salpicados por egoístas, egocéntricos e inescrupulosos choferes, que no ven más allá de sus narices.
Pero que culpa tiene la lluvia de que nosotros aún no sepamos convivir con la naturaleza; de que nosotros hayamos allanado sus campos por donde discurría libremente y sin fronteras y se filtraba para luego producir verde y florida vida; de que hayamos reducido las venas del planeta por donde transitaba para hacer casas y depósito de sus residuos y, por último, que culpa tiene ella de que la misma gente que se queja del sol -que no tiene la culpa de que en nuestra forma desequilibrada de vivir hemos agujerado el filtro de su radiación con el humo de nuestros automóviles, cigarrillos, industrias, aerosol, etc.- se queja también de la lluvia…
Hoy ha llovido en mi ciudad y no como lo venía haciendo con esa garua consistente y constante que también traía un frio algo insoportable; sino ha llovido como hace años no lo hacía, con ese sol fuerte y turista por la mañana, la lluvia de gotas grandes donde cabía la frase de los abuelos perfectamente: “se nos cae el cielo”, por la tarde y dar paso al sabor fresco por la noche. Ha llovido como cuando niño era preciso jugar una pichanga en la frentera de la casa con la pelota viniball desinflada y dura que dolía más sobre lodo y bajo agua con los padres protestaban por tal gusto que nos dábamos. A llovido como cuando en mi adolescencia buscaba cualquier pretexto para bajar al centro caminado y subir de la misma manera antes que el esplendor de la lluvia acabase, o como cuando realice la más grande locura por amor y más allá de lograr mi objetivo -que era hallar a la amada-, que después de cruzar parte de la ciudad sobre ríos improvisados por las gotas continuas y grandes que despedía el cielo en medio de truenos que asustan a forasteros y relámpagos que iluminan la tarde algo oscura por el apagón que se dio en la ciudad, sin autos o buses que te transporten; termine sacando autos enterados en el lodo al costado y sobre el puente de la torrentera que colapso e incluso sus estragos llegaron hasta las puertas de las casas aledañas y visitaron su interior.
Hoy diez de febrero no volvió a llover tanto como ese día que sumándole quince días, se cumplirían catorce años de aquel aluvión que fue considero uno de los más fuertes de aquella década ni que decir de esta que ha sido algo seca. Pero ésta, forma parte de aquellas lluvias que llenaron y llegaron con tantos recuerdos como el olor a tostado que vencía  al de la humedad, aquel que preparaba mi abuela y se tomaba con te por las tardes bajo la sinfonía que interpretaba las gotas chocando con la calamina de la cocina.
Hoy miro tras mi ventana y en un momento en que se detiene y antes de atacar otra vez con furia, veo el cielo iluminado, es de tarde, pero parece como si hubieran prendido un foco de luz blanca enorme por la noche, es el albur de este cielo que no los cuenta y parece la extensión del alba con que visten a Jesucristo en sus representaciones.
Se ve, se respira y se siente limpio, y cuando vuelve a llover te sientes tan bendecido, tan pequeño y notas la grandeza de aquel Ser superior que allá arriba se encuentra; observo como las gotas de agua resaltan el verde de las hojas, el turquesa, violeta, rojo, amarrillo, etc. de las flores; se puede sentir un poco de frio, pero es fresco, es rico, es… para saborearlo. Amigo “se, el que baila bajo la lluvia y que le canta al sol y lo que se llevo, seguro no fue porque bien no se plantó, no olvides que la naturaleza es sabia, superior a la frágil que es la nuestra”

martes, 1 de febrero de 2011

Decisión y actuar oportuno

No es un producto comercial, ni un video sentimentalista, es una realidad donde tú también estás involucrado y más de lo que tú crees...

Hay algo que puedes y debes hacer...algo así de pequeño, que como el aleteo de la mariposa afecta al otro lado y a todo el mundo.

Utilice focos ahorradores, prefiera la luz natural o focos LED. Use supresores de pico que realmente desconecten sus electrodomésticos apagados, y no prender varios a la vez (computadora, radio, tv...), apagar la luz cuando salimos de una habitación, no prender luces durante el día (deja que tus pupilas se adecuen a la luz del interior de una ambiente poco iluminado). No dejar correr el agua del caño mientras nos cepillamos los dientes, nos enjabonamos la manos, cara o lavamos el cabello (mejor si lo hacemos en un recipiente), asegúrate que cerraste bien el caño y revisa tu gasfitería para evitar las fugas. Preferir las botellas de vidrio a las de plástico, así como evitar las bolsas de plásticos (lleva tu bolsa de tela o papel); menos papel en copias e impresas. Procure colocar botellas de plástico con arena dentro del tanque del inodoro. Recicle el agua de lavaderos y duchas (nunca de retretes) y utilícela para regar, limpiar. Un cigarrillo menos, menos autos... ¡camina!, celulares en su uso preciso –cargar la batería menos-, plantar y cuidar un árbol, una flor, la basura en tu bolsillo luego al basurero; menos cemento, más verde... etc.

Debemos tomar conciencia de los problemas ambientales que nos afectan. Entender que estamos sufriendo las consecuencias de la contaminación de varias décadas, la escasez de agua (aunque en casa no las sintamos en el futuro nuestros hijos lo padecerán) la excesiva generación de residuos, el uso indebido y depredación de nuestros bosques y selvas.  Debemos educar a los niños y jóvenes; concienciarlos de lo que padecemos y que ellos serán los más perjudicados.

Puedes agregarle más acciones a esta lista y pegarla en un lugar visible de tu casa, pero lo más importante es tu decisión y actuar oportuno porque el mayor problema es el egoísmo e indiferencia del ser humano, del “adulto que hace defensa de su libertad” sin saber que tu libertad termina donde empieza la libertad y respeto del otro.