martes, 29 de mayo de 2012

Hombro a hombro

"Bajo tu Manto Sagrado mi madre aquí me dejó”
Así inicia el himno a María Inmaculada del Colegio San José. Sea  Inmaculada, Auxiliadora y otra veces  la Mamita de Chapi. Cierto es...
Cierta es ella

Cierta es ella en su  esencia y escultura,
pasa a veces que sólo cambia la vestidura
pero lo que importa es su pecho lleno de ternura
y tan cierta es ella que la llamen la Intercesora
al igual que mi madre que me confío a la Protectora.

Sentí un pequeño dolor y peso en el hombro al cargar tu anda Madre, pero profesé y sé que es pequeñísimo e ínfimo ante el peso que llevó tu Hijo en la cruz; y lleva por nuestros pecados; ese, que Tu compartías y compartes en tu corazón, aquel que guarda las siete dagas.
Nos unidos hombro con hombro tus hijos, distintos ellos ahora en su andar, como  su actuar otrora en tus aulas: algunos aplicados, otros serios; algunos tímidos, los deportistas y los traviesos. Su proceder no importa para una Madre, solo espera verlos juntos, unidos (aún ante la rutina y la distancia que el sistema impone) y nos esforcemos por mantenernos de corazón noble, espíritu de niño y que nunca se olviden de su Hijo.
Hoy regreso a casa luego de estar  en tus pies -como el niño que juega en el piso mientras la madre sentada tejiendo lo cuida silente, alegre, tierna y sigilosamente- voy pensando en mi madre que espera en el hogar, para ella es la rosa que sustraje de tu Ara.
Sentimos que volvemos a ser niños indefensos que necesitan el pecho de mamá o se acurruca en su lecho para sentir un poco de calor y saber que es amado; o se aferra a sus piernas ante el temor que la vida le vislumbra.
Ya no somos los niños de ayer, pero aquel espíritu travieso, el agradecimiento  y el amor hacia a ti, nos llevo a convocarnos; pero somos más, algunos sabes Tú el momento que volverán  y otros los cuidas a distancia de nosotros.
Nos encomendamos a Ti, y muchos como lo hicieron nuestras madres, te encomendamos también a nuestros hijos y familias; nuestras labores y caminar diario.
“María Auxilio de los cristianos…”

lunes, 21 de mayo de 2012

EL “orate”

Siente y piensa ser tan sólo un observador de este ido y aturdido mundo al cual no pertenece... y no es así. Está tan sumergido en él, que al reconocerlo prefiere escapar entre sus pensamientos y creaciones paralelas al caos visual de su entorno; lo palpa como el bastón blanco a la superficie, como el mendigo siente su miseria y el cazo la moneda… como el asceta a su espíritu… Se siente en este mundo descontento, desorientado como el ladrón preso de la necesidad, amigo de la noche…, al igual que el asesino a la oscuridad de su alma.

Loco y al costado del camino, suma versos ininteligibles que musita para sus adentros y le dan claridad a sus pasos desabrochados; lo cubre la mugre que afortunadamente lo aparta del resto del mundo que se pierden de ver la claridad que hay en su mirar. Pareciera que ama su ataraxia y taciturno andar que agria la de los demás -irónico porque lo creen adusto y quizá sea muy afable- en su prisa y “cordura”.

¿Qué lo alejó?, ¿qué lo aparto del resto?; que o quien convirtió el albur de su vida en harapos de petróleo y acre visualización para un sistema que no ve más allá de los trapos que lo cubren. ¿Qué le hace espantar a la gente: tu estampa, o los anteojos que llevan? “Intriga saber, silente transeúnte cuál es el mundo que merodea por tu mente y a veces tus labios parecen mascullar.  Quizá en la única lista de invitados a fiesta de gala -con tu frac color libertad-, sea la de tu creador”.

Cuantos juzgaran sin saber el fondo de tu reacción y pensaran que la toalla tiraste… al igual que el suicidio estará entre dichos si valiente o cobarde es tu decisión.

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