viernes, 30 de diciembre de 2011

Lista de Gratitud

«Muchas personas que ordenan correctamente sus vidas en todos los demás aspectos siguen siendo pobres debido a su falta de gratitud».
 Wallace Wattles
En el libro el secreto de Rhonda Byrne en: Los Poderosos Procesos de la Gratitud; en su inicio el Dr. Joe Vitale menciona lo siguiente:
“¿Que puedes hacer ahora mismo para empezar a cambiar tu vida? Lo primero que has de hacer es una lista de las cosas por las que te sientes agradecido. Esto cambia tu energía y empieza a cambiar tu forma de pensar. Mientras que antes de este ejercicio puede que te hayas estado enfocando en lo que no tienes, en tus quejas y problemas, cuando haces este ejercicio vas en otra dirección. Empiezas a sentirte agradecido por todas las cosas por las que te sientes bien”.
Y después de este primer párrafo, continua con una frase de Wallace Wattles:
«Si es nuevo para ti lo de que la gratitud acerca tu mente a la armonía con las energías creativas del Universo, reflexiona bien sobre ello y verás que es cierto»

Todo esto viene, que después de escuchar la homilía del P. Carlos (Párroco de la Parroquia Espíritu Santo de Alto Selva Alegre a la cual pertenezco) quedo como tarea el hacer una lista con las cosas, personas, sucesos, etc., por las cuales deberíamos estar agradecidos con respecto a este año y en conmemoración con el nacimiento del niño Jesús, ofrecérselo.  

Sentado escuchando el sermón pensaba -quizá por mi estado anímico que en la anterior entrada a este blog les mencione que iba con el clima- que aparte de un par de cosas este año no había sido bueno…, o por lo menos no terminaba bien. Pero, fui pensando en la lista una vez concluida la eucaristía y, creído de que no sería larga; empecé por las personas que quería saludar por navidad y que este año han significado algo bueno y positivo en mi vida. Es así que empezaron a salir los primeros nombres la madrugada del veinte y cinco; luego ya pasado el alborozo navideño, decidí seguir meditando sobre esa lista y de hecho que fue aumentando, para mí sorpresa.

El año empezó (acaba de aparecer otras razones más en mi recuerdo) con  el compartir de fin de año con personas que el año anterior formamos parte de algunos trabajos pastorales que me dio la oportunidad de sumar nuevos amigos, de antemano mil gracias; pero enfocándome a este año y como ya hace algunos años venimos realizando en casa el intercambio de regalos para reyes; este año lo tuvimos que hacer en el patio y no en la sala como en otrora, signos que la convocatoria va aumentando y que es una familia numerosa… parece que para el que viene se hará en un campo deportivo. Quizá sea motivos menores porque se van haciendo costumbre y no forman parte de aquellos sucesos espectaculares que marcan nuestras días.

Muchos de mis agradecimientos verás que son por la realización de sueños, el incremento de buenas amistades, unión familiar, el servir o ser útil y la mano extendida; por eso menciono esta reunión familiar porque cumple un sueño y de unión en el que yo no tuve alguna influencia… es un regalo.

Parecido en las razones -sueño y unión familiar-, en verano pudimos cumplir con mi rama –esta vez me refiero solamente a mis padres, hermanos y sus familias, lo del intercambio involucra, tíos(as), primos(as), etc.- en algo que venia mentalizando mucho tiempo atrás y a insistencia mía, al esfuerzo que hicieron, sobre todo mi hermana Mayeli que vino con toda su estirpe desde Lima para compartir inolvidables momentos en Mollendo, que espero que se repitan, pero por lo menos los de este año los llevare siempre conmigo; al igual -y esta vez fue mi hermana mayor la gestora- tuvimos otro viaje familiar por el día de la madre; en esta ocasión fuimos: Ella con sus hijos, mi hermana menor y su enamorado, mi mamá y sus hermanas (mis tías) y yo, a Yanque – Chivay, para que sus hijos conozcan el cañón del Colca. Por ese viaje conocí a una prima que nos facilito el viaje, Carelia; mujer noble, sencilla y de gran corazón. Gracias

Entre mis viajes y quizá el momento de mayor agradecimiento que sentía cuando el sacerdote hablaba; era el que tuve a medio año (en julio). Gracias a Expediciones Perú por darme la oportunidad de aquella expedición de reconocimiento a los Caminos Inca, que me llevo por la sierra del norte: Cajabamba y Huamachuco, una semana de aventura, libertad, embelesamiento, autodescubrimiento, esencia y nuevos amigos.

Antes del viaje al norte tuve el compromiso de ser padrino de Maximiliano, gracias a Julio y Vero por la oportunidad que me llena de mucho honor y gran responsabilidad que va con el sentir humilde para poder aceptarlo y llevarlo con la ayuda del Padre Mayor y con Meliza –la comadre-, gracias a ella también por ser parte de mis nuevas amistades y ojala podamos que sea de las buenas, pero la gratitud va también por el apoyo (aunque ella fue la columna y yo el apoyo) de poder llevar bien nuestra encargo, por su sencillez y la paciencia que tuvo conmigo.

No está de más, decir que el agradecimiento a cada persona y de cada momento vivido, va de la mano el agradecimiento a Dios, que creo firmemente que Él está detrás, de lado  y delante de todo estos acontecimientos; por ejemplo, Él permite que los demás vean en uno cualidades que uno de repente no se percata, sea por lo que fuera. Así esta lista se extiende y uno se siente muy agradecido de aquellas personas que aparecieron en el momento preciso para que con una sencilla conversación, consulta, risas, comentarios, etc., animaron a este nostálgico ser humano; sobre todo aquellos que ven más de lo que uno ve, cree ser o tener, como Janeth y Kelly que siempre resaltan virtudes y dones que a veces uno entierra porque también quisiera estar sepultado con ellos. Ellas –por mencionar solo dos de varios- lo hacen sin saber que están sacando del hueco a este aedo melancólico. También aquellas personas que confían sus secretos, sus dudas, sus males y me llevan a sentirme útil; agradecido porque puedo ser oídos, hombros y quizá palabras alentadoras, consejeras o tal vez meditativas que le sirvan al otro. Me reservo los nombres, porque son parte del secreto de confesión.

Valorando la oportunidad de hacer nuevos amigos y fortalecer los que se van encaminando, es mi gratitud a aquellos que en este año se sumaron a ello, gracias a Jenny porque por su insistencia pude participar de las JVX – PES 2011, de formar un gran equipo, empezando por el P. Carlos que le ha venido a dar un plus de acción y carisma a nuestra parroquia; siguiendo por ella, por creer en mí y los dones que Dios pone en mi para su obra, porque vamos afinando una amistad de hermanos donde su inocencia, alegría y positivismo te llenan de paz; por las nuevos que te fortalecen: como  Fiorella; mujer linda, pero de empuje y actividad de mayor resalte, o César (Chapu) que su juventud me lleva a recordar la mía, por el dinamismo y la alegría, Andrés que paso de buenos conocidos a amigo y con su chispa impartió alegría y esperanza a todo esta aventura que se inicio cuando él era un observador más. Amistades que se van poquito a poco consolidando, gracias por ello a Liz, Jean Pierre y Noelia, por su estima, su confianza, su consulta; también dentro este grupo –y no se si darle las gracias o- está Paula, mujer -a lo mismo que Fio-, de fortaleza, ejemplo de trabajo y empuje, me hace sentir pequeño, por no decir que me agarra a patadas los bríos que ella muestra, sumado a eso su carisma y la falta de tiempo que no se interpuso en un sí y nos completo a todos; a Magaly, gracias especiales por su ejemplo de amistad, que valora a la persona por lo que es y no por le puedan decir de ella e incluso defenderla o querer hacerlo que en algunos casos es lo mismo, porque se parece a uno, creo; entiende bien mis melancolías y soledades, podemos hablar de la trova y su letra tan intrínseca y metafórica, filosofar y pensar en todo e inclusive en la nada…; a Kenny que su espiritualidad no decaía y no las trasmitía, por la confianza que me tiene, entre otra cosas; a Fredy a quien también agradezco su confianza y sobre todos sus palabras al finalizar este trabajo que aún no logro de digerir o aceptar y quizá es la respuesta que fui a buscar a aquella casa tan mística que iba después de quince años, pareciera que Dios se las iba diciendo al oreja. Es que ya no me siento capacitado para ello…

Está también Carloncho; un amigo que siempre tendrá una llamada para mi, un espacio –un trago también- y su apoyo -ya varias veces comprobado- en momentos difíciles como lo estuvo –para molestar y cambiar la historia- en mi último accidente una vez que se enterró. Gracias por esa amistad incondicional, como el de su tocayo Carlos Luque, amigo siempre presente, en la pichanga, en la confianza, en la joda (momentos nuevos han sido ir al estadio para apoyar al Melgar aunque él sea de la U, pero como buen arequipeño sabe que tiene sangre roja y negra; también fuimos apoyar al Huracán) Y en esa misma línea, la lista se hace enorme, amigos que siempre estarán presenten como Carlos Ampuero con su apoyo silencioso y desde el inicio con la empresa al recordarme mes a mes el día para la declaración; Víctor de gran disposición en cuanto le pida o Giovanni de amistad de la “Resistencia”; Leo, que nos permitió disfrutar el partido en pantalla gigante en mi cumpleaños y mantenimiento de mi computadora. Y Malena que con sencillez y gran apertura me apoyo con unas fichas… me reconforta bastante porque yo soy bien difícil en pedir favores, y cuando cuentas con amigos así y sin ningún “pero”, están ahí, uno se siente agradecido y es por mencionar algunos nombres de los tantos que hay o que en este año resaltaron.

Gracias a Apolina, a Mirella y todo su comité, porque mas allá de no haberles colaborado como estoy acostumbrado hacer y debería, confiaron en mí, se apoyaron y apostaron por lo que se y puedo transmitir… Dentro ese grupo gracias especial a Paola, porque su presencia me hace bien, porque trasmite tanta fe y convicción, por el amor y empuje por EPJ  y me lleva a recordar al Paul de aquellos años en el movimiento.

Termino con aquella nueva amiga que por su iniciativa -ya que para esto y por estos momentos carezco  de ello y aumenta mi timidez-, empuja una amistad que incluso dejó de lado los malos comentarios que una mente hipócrita y envidiosa va creando por ahí, y quiere conocer a la persona, Gracias Zucita.

Y siempre, eternamente agradecido Dios porque a pesar de todo, aún me regala fe y todo lo anterior mencionado y tanto en todos estos años de mi existencia y a pesar que a veces mi corazón parece que esta apartado de Él (siempre buscamos culpables y si no hay, se lo endosamos a Dios y aunque conscientemente se que él no es culpable y lo más probable es que sea sólo yo, pero inconscientemente a veces le lanzo la pelota), aún “es el amigo que nunca falla”; y por mi familia -padres, hermanos y mis sobrinos que quiero tanto- que Él me da. Por mencionar solo a uno de ellos, mi hermano mayor, el doctor Jaime Mendoza, gracias también, porque este paciente es más impaciente y a veces parece el hermano mayor o el jefe renegón; él, con el amor que me tiene soporta a este cuerpo maltrecho y mi ira por estar siempre convaleciente.

Me faltaba mencionar que dentro las tares de aquel sermón que dio origen a estas líneas, está la de “los pendientes”, creo que este año no tengo pendientes más que dos que escapan de mis manos, pero creo que hay algunos que vienen de años atrás. Será otro tema a tratar, de mayor reflexión y solución.

Tantas veces somos ingratos con todo aquello bueno que nos pasa, a veces deseamos más de lo que podemos ver y agradecer. Esta lista es testigo de ello -se hizo enorme y solo durante estos trescientos sesenta y cinco días que rápidamente he recordado; de repente falten mas sucesos y personas- de lo mal agradecidos que somos habiendo tanto por serlo y nos detenemos sólo en lo malo, lo caótico; quizá por el entorno que nos envuelve en ello desde que amanecemos; con los rencores de ayer; entre la prisa, las responsabilidades; las cuentas y noticias en la televisión o el periódico del quiosco de la esquina. Hace años que empecé a leer el libro “El Secreto” pero aún no lo he terminado, me quede justo en esta parte de la gratitud. Será porque soy un mal agradecido, terco y quizá engreído o de vejez prematura que no me permite ver ¿cómo cuando niño y más joven, lo favorecido que era por Dios y miraba la vida entre las cosas sencillas? y no me deja avanzar tanto con el libro, como con mi crecimiento... Creo que este es un inicio al cambio y por ahora y este año esta es mi lista de gratitud… ¿cuál es la tuya?

jueves, 22 de diciembre de 2011

Sentimiento Navideño

Mi padre me dará algo mejor, me dirá que Jesús es como yo(Leon Gieco – La Navidad de Luis)
El clima se presenta nublado, manifiesto que es presencia del verano arequipeño y que nos va adaptando a las fiestas de fin de año –Navidad y Año Nuevo-. Quizá para algunos el clima va con su estado de ánimo, con las festividades y su día a día; habrá una gran mayoría que espera que sea como los saludos clásicos… “Feliz Navidad” y “Prospero Año Nuevo” aunque llevemos consigo el estrés de la espera llegada de aguinaldo, las compras, las prisas, rutinarias y tontas costumbres de una sociedad de consumo… Aún así todo eso lo superan y el aire navideño los vuelve a contagiar de la buena nueva.

Si mi fe, mi convicción y dogma religioso predominan como muchas veces lo ha querido hacer, debería ser una “Feliz Navidad” en toda su extensión y profundidad. Saber por lo mismo que el Redentor, que el Dador de vida, el Mensajero paz, esperanza y amor nos ha nacido en un portal de Belén y ante la pobreza de su nacimiento la nuestra (no solo miseria material) debe quedar olvidada y suplantada por la esperanza y su reinado…, pero, en gran parte de mi ser no lo siente así.

Desde niño siempre me ha embargado este clima gris –que irónicamente me gusta- y el sentimiento de alegría por los juguetes que llegarían o porque era inicio de las vacaciones o por el nacimiento del Niño Jesús, era efímera, me embargada la tristeza de repente y pensaba en los niños que no tenían un juguete (tuve la suerte de tener unos padrinos que gran parte de mi niñez se acordaban de mi y otras veces mi padre y mi madre aunque a ella se le hacía algo mas difícil y además no era necesario, ya era más, pero más que suficiente los esfuerzos y sacrificios que hacía por nosotros durante todo el año) quizá sencillo… más aún cuando los veía y estaban tan cerca mío, como poder ser feliz y disfrutar lo que me llegaba, no podía.

Por muchos años hemos hecho campañas de Navidad, recolectando cosas necesarias para llevar, (ropa, juguetes, víveres) y preparar una achocolatada a la gente más necesita; primero lo llevamos a alrededores de Arequipa ciudad y otras fue saliendo de ella; con el Movimiento de Encuentros de Promoción Juvenil y aunque en pasajeros momentos uno podían sentir bienhechor, no podía callar mis emociones encontradas que preguntaban si ello era suficiente, que si la gratitud que mostraban –tan sencilla y grande- éramos verdaderamente dignos de recibirlas y que si lo hacíamos por ellos o que motivo personal nos motivaba a cada uno; que si en vez de alegrarnos debería entristecernos y cuestionarnos por tanta gente ignorada por sus gobernantes y hermanos sometidos a una lucha y rutina citadina. Tales sentimientos me llevaban a recordar el por qué no me gusta salir por estas fechas –y lo siento así desde que tengo uso de razón-, porque en vez de que llamen mi atención y deslumbren las luces multicolores, veía desde mi infancia que son en estas fechas que las diferencias sociales y económicas se amplían…, se juntan… y nos engañan. Se amplían porque mientras familias salen de los centros comerciales (aunque ahora hay varios o con mayor estupor, de niño fue primero en el Parque Duhamel y luego Siglo XX) entre alegres, preocupados y a prisa –por la hora y el miedo al ladrón- llenos de bolsas que a veces les faltan manos…, al costado de las puertas hay familias con las manos vacías esperando con algo llenarlas, con mucha tristeza en los mayores, despreocupación en los más pequeños y sin ninguna prisa porque no hay nada que les puedan robar ni un lugar –quizá- mejor donde puedan llegar.

Mientras damos los juguetes a los niños y ver su alegría uno puede recordar y tal vez para que las lágrimas no embarguen sigues el juego del jubileo, pero la mente iba repasando momentos en lo que uno participo pero del otro lado de la escena. Con la mano presta a recibir un juguete de plástico, con una taza para el chocolate y después de haber corrido para llegar a formar parte de esas largas colas de niños que esperaban que esta navidad algo de alegría. Todo quizá porque a Mamá la cesaron por protestar y defender sus derechos. Uno sobre otro se van sumando los recuerdos…, hubo fechas sin el plato de comida en casa por ese mismo motivo o por un robo sufrido en la misma casa. 

Días atrás caminando por las calles vi una señora que lleva unas cajas llena de ropa usada y otras cosas más, con sus ropas descoloridas al igual que sus niños -eran cuatro- que divirtiéndose a su lado, entre la acera y la pista con los juguetes recolectados en su andar de casa en casa. Ropa y juguetes que ellos atesoran y a nosotros nos incomodan en los pocos espacios que van quedando en los hogares.

Todas estas escenas me llevan a darme cuenta porque estas fiestas me ponen el alma gris. ¿por qué? me pregunto, si no puedo cambiar esa parte de mi que con facilidad se impregnan por los poros el sufrir y padecer de los demás y a veces a distancia; por que el ser tan sensible, el involucrarme emocionalmente con aquella persona que de algo padece; por qué no quedarme con las sonrisas o carcajadas que muchos ofrecen y no detenerme en su mirada para saber y sentir que algo no anda bien; veo resquicios de infelicidad… y me afecta; por qué no puedo ser indiferente ante ello y no permitir que me afecte tanto –quizá sea por eso que mi estado anímico muchas veces cambia de repente y se torna pésimo, sin saber el porqué, ahora creo que lo sé, debe ser por eso que mi ser atrae la tristeza aunque todo alrededor ría-. Una vez intente cambiar, para que no afecte tanto lo que a mi alrededor suceda; pretendí ser duro y frio, ser práctico en mis pensamientos e incluso matar al soñador que había dentro de mí, pero no se puede ir contra la naturaleza, esta reclama su lugar… “el rio vuelve a su cauce y con mayor fuerza”. Bueno, la melancolía y sensibilidad crea muchas veces todo lo que escribo y me lleva a interiorizar, aunque otras veces me aleja tontamente de los demás.

Todos los fines de años la gente espera que el próximo sea mejor, porque el que se está extinguiendo mejor ni mencionar y que de prisa se vaya. ¿Será que el año en verdad fue malo?, ¿será la falta de plata o los innumerables gastos que hacen el mal clima por momentos?, ¿serán los deseos, los sueños, las esperanzas… los verdaderos? y por que será Señor que es en estas fechas donde se registran grandes calamidades y desgracias; donde se suman muchos hogares que más allá del factor económico recuerdan las pérdidas inoportunas y trágicas de seres queridos, como la de esta mujer trabajadora municipal de Lima que vislumbrada un año mejor en otro laburo, termino en lo importuno.

No sé si pueda decirte feliz Navidad y un prospero Año Nuevo, quizá si hurgamos en nuestro interior para ver las condiciones en que está este nuevo pesebre donde Él quiere nacer; si antes de detenernos para ver que cábala vamos a realizar, damos el tiempo necesario para percibirnos a solas, con veracidad, valentía y en silencio y siguiendo la misma línea descubrir al redentor que queremos que nazca en nuestra vidas… Sólo amigo lector te podría decir que tengas una “NOBLE NAVIDAD Y UN DIGNO AÑO NUEVO PARA VIVIR”

jueves, 15 de diciembre de 2011

La Historia Delante De La Historia

El día viernes nueve de diciembre me quede matando el tiempo en mi oficina y entre que ya me voy y un momento más… me dio la una de la madrugada ya del día sábado diez cuando decidí por retirarme a mi casa.
Mientras cerraba las puertas pensaba en la seguridad que debería de tener para irme, reflexionaba que sería mejor tomar un taxi y no subir caminando como es mi costumbre, sobre todo por la hora, y es así que me incliné opte por “la seguridad”.
Ya estando en la esquina de La Salle con Goyeneche y observando pasar varios autos de servicio público; entre ellos había algunos vacios, pero todos casi a velocidad que demoraban la decisión de estirar el brazo para detener alguno y siguiendo la línea de la certeza, me tome mi tiempo y opte por uno de una empresa reconocida. Fue un tico blanco que lo aborde después de regatear un poco el precio; ya adentro y a dos cuadras de donde lo aborde, se dio origen a la historia que está detrás de la que les voy a contar -la no original- (cuantas veces de lo que leemos tienen una base en un hecho real y verdadero, sólo la base y lo demás es gran inventiva), la creada por un amigo de mente muy imaginativa y algo lasciva… claro secundados por otros; “no tendría sentido la narración si no ha trascendido”. Aprovecho también la oportunidad para dar mi granito en esta historia, sobre todo por conceptos de narración, para entre lazar algunos hechos que estaban aislados:
Quedarme yo hasta altas horas de la noche –ya madrugada- “escribiendo”, (quizá como en muchas ocasiones sucedió, donde me ensimismaba en la escritura, pero esta vez fue distrayéndome con el nuevo juego que me habían instalado en la maquina y que es realmente algo pegajoso “Plantas contra Zombis”), el motivo de la inspiración era una musa, al igual que la excusa para quedarse y así aprovechar el silencio del lugar, la noche y la oportunidad de tal deleite. Al mismo tiempo fuera del edificio espera un grupo de jóvenes guiados por algunas sospechas y seguimiento a la enamorada, aguardaban la salida que confirmase el recelo de uno de ellos y el desborde de la adrenalina de los otros.
Después de lo que fuese que hubiera ocurrido en ese lugar “lujurioso” (pondrás tu cuota en la imaginación de tu proceder en la retina de tu creación) o quizá simplemente romántico o ilusión platónica… Salimos del lugar porque el taxi de la empresa que llamamos esperaba en la entrada y muy prestos por el cuidado, razón de lo oculto, abordamos el vehículo sin saber que éramos aguardados y que la misma prisa para salir del lugar la tenían ellos una vez que nos vieron.
Ya en el taxi, el cual se tomo sin detenerse en el costo de la ruta que se le señalo; íbamos envueltos entre la timidez, el silencio, las sombras de la luces de faros y postes que se perdían por la retina; la vanidad del halago al ser la musa de versos embelesados y un tierno apoyo en el hombro; sumaban al febril momento que transcurría; lapso del camino entre el lugar que dio origen a todo esto y la casa de la susodicha.
Ya de vuelta en el taxi, después del caballeroso despido, y con la mente perdida en el momento que violento “valores” creando tantas suposiciones; emprendimos la vuelta hacia mi regazo el cual fue interrumpido por la prisa y bocinados que originaba otro vehículo que acarreaba una persecución que él señor conductor no sabia y yo tampoco. Toda esta previa zozobra termino en una embestida al auto en el que me encontraba; entre las esquinas de  Goyeneche y Muñoz Najar (lugar verdadero donde ocurrió el accidente, y que fue ocasionado por un auto negro lleno de adolescentes, que después taxistas que pasaban por el lugar y se detuvieron apoyar a su colega, me delataron el estado de ebriedad de estos jóvenes),  originando el choque contra la pared de la casa ubicada en la esquina superior izquierda de la avenida Goyeneche –edifico en construcción-. Ante el alarido de los jóvenes decidí salir y sin saber que pasaba (aunque la historia original creada presume que si sabia y salí corriendo del vehiculó para escapar) y al ver sus intenciones que sus ojos, prisa y extremidades denunciaban, decidí dar prisa a mis pies y correr pensando que quizá se tratase de un asalto -inquieto porque el taxista haga lo mismo, pero el asunto era conmigo-, producto de la persecución, son los golpes que me aquejan: La cojera que padezco es origen por la inflamación de mi rodilla izquierda, producto de la caída al tropezar, al escapar, con un sardinel donde resulto dañada seriamente mi articulación; los rasguños en las extremidades derechas, son por quererme levantar y no poder hacerlo ante el arremetimiento de los jóvenes vengadores del honor; y el dolor en el hombro derecho es producto de una de las feroces patadas que recibí en ese momento -suerte que estos muchachos “buenos” no me tocaron la cara y que esta no presenta ni la más leve huella de aquella odisea-.
Ante la intervención de otros taxistas y la policía que llegó, controlaron a los “valerosos muchachos, paladines de la reputación y la impunidad” y yo ya repuesto sentado en la acera decidí llamar a mi amigo de gran inventiva (a quien llame en la otra historia, fue a mi hermano mayor que estaba de guardia en el centro de salud donde labora) que rápidamente llegó al lugar antes de que los bomberos me lleven a un nosocomio donde me podían atender por medio del SOAT del taxi.
Después que los bomberos se aseguraron de mi estabilidad física me condujeron al hospital Honorio Delgado donde el SOAT no cubría el atentado que había sufrido porque era ajeno al vehículo tomado (llegamos con el taxista heridos, pero su SOAT era de una aseguradora que le debe –según la asistenta social- una suma fuerte de dinero al hospital, por eso no nos podían atender) así que supongo que los costos de las inyecciones y las placas tomadas fueron por cuenta de mi gran amigo el cual llego después con la policía.
Ya una vez estable, aunque muy adolorido –dolor que se agudizo al voltear la pierna rápidamente para que me tomen una placa de la parte interna de la rodilla-; con la comprobación de que no hubiera fracturas, ni heridas graves y con la orden de alta nos fuimos a mi casa ya casi con el sol que se asomaba. Subí despacio grada por grada y por el cansancio no me detuve a pensar en lo ocurrido, ni en mi “pecado” y cuidando de estar quieto para que no me interrumpa dolor alguno, me quede dormido.
La historia que le conté a mi amigo –del choque de dos autos- no fue corroborada por la policía y así asegura esta historia porque consta en el parte policial.
Tal vez se puedan aumentar detalles con el tiempo, hacerla más novelesca; pero... que interesante, como de un suceso se pueden crear cuentos paralelos, narraciones que son alimentadas por nuestra imaginación –en algunos casos de una verdad como el grano de mostaza se elevan chismes que dañan a otros seres-, muchas veces inclusive los reales sucesos ya modificados son variados y aumentados cuando pasan de persona a persona. Yo me pregunto: ¿cuánto de lo que realmente paso y de lo ahora escrito se entrelazaran y instauraran otras nuevas historias?, de igual manera pienso a que personas le interesaran la verdadera o la ahora escrita y fundamentar la distorsión de la imagen que de uno crean.
Al final algo interesante vio la luz y no haber quedado en un dato estadístico en los archiveros de la policía, bomberos, hospital, incluso en los de la empresa del taxi utilizado y de que la querella es mas por lo material (los autos afectados) que por el estado de las personas, inclusive se ve más lo físico que lo emocional –aquellos daños psicológicos que puedan crear temores u otras afecciones-. Seremos un número más en el sistema, que ni en la portada del matutino se verá, porque no hubo sangre mas allá de medio litro.
Y una reflexión personal que me lleva a la ley de la atracción, que se supone que atrae en menor grado lo negativo que lo positivo, pero pude comprobar que es al revés; y que debo darle gracias a Dios por que el llamado de atención para darme cuenta de mis pensamientos y deseos, fue pequeña, pero que enseña.