jueves, 14 de junio de 2012

Algunos tienen que crecer y otros perecer

Hace unos días atrás publique en el facebook un extracto de: “Carta a los peruanos” de Flora Tristán inscrita en su libro “Peregrinaciones de una paria”  en el cual decía lo siguiente:
He dicho, después de haberlo comprobado, que en el Perú la clase alta está profundamente corrompida y que su egoísmo la lleva, para satisfacer su afán de lucro, su amor al poder y sus otras pasiones, a las tentativas más antisociales. He dicho también que el embrutecimiento del pueblo es extremo en todas las razas que lo componen. Esas dos situaciones se han enfrentado siempre una a otra en todos los países. El embrutecimiento de un pueblo hace nacer la inmoralidad en las clases altas, y esta inmoralidad se propaga y llega, con toda la potencia adquirida durante su carrera, a los últimos peldaños de la jerarquía social. Cuando la totalidad de los individuos sepa leer y escribir, cuando los periódicos penetren hasta la choza del indio, entonces, encontrando en el pueblo jueces, cuya censura habréis de temer y cuyos sufragios debéis buscar, adquiriréis las virtudes que os faltan…
¡Cuán importante es estar bien informado! indagar e ir más allá de lo que nos venden o sólo de lo que queremos escuchar, e incluso, saber leer entre líneas y no que el egoísmo, intereses o mi forma de pensar prime. Fue escrita esta carta hace 178 años atrás y mantiene una vigencia casi exacta, sólo han cambiado las formas y los trajes.
En estos tiempos el acceso a la información es basto y superior a la de los de Flora, que sólo era privilegio de las altas clases -mal aprovechada en el Perú-. Pero, el problema no es la cobertura y alcance de los medios de comunicación, sino es como lo hacen y su inopia; prevalecen los líos mediáticos y faranduleros (quien engaño o coquetea a y con quien, si lo perdonó o no; o se dedican hacer famoso o santo a un oportunista, delincuente o asesino) dan más espacio a situaciones menos importante y sus cubiertas no son mayores a aquellas que si valen la pena y que a veces ni lo mencionan…, creo que son los tiempos del peor periodismo -tengo amigos periodistas y discúlpenme a quien como ellos hacen bien su trabajo- y deje de creer en ellos totalmente desde la últimas elecciones, porque eran mercenarios y mercaderes de propios y ajenos interés o peleas particulares.
El gobierno de turno no sé cuanto se va asemejando al de Fujimori, aparte de la hipocresía de su campañas electorera y el actuar actual, tal vez no tendrá a los medios de comunicación (sobre todo prensa escrita y televisión) comprada o intervenida, porque no lo necesita, están ya sojuzgados por el sistema y ese “boom económico”  que no les deja ver más allá que su apogeo egoísta y mal interpretado y, si con Fujimori había una prensa chicha y basura que llegaba al pueblo, ahora hay una prensa sesgada, vendida y aplaudida por los sectores medio y alto… dos tiempos una mal información que somete y embrutece a la población, porque no investigan ni buscan la verdad, sólo lo que ellos quieren  transmitir y el público que me los va adquirir, quieren leer y  escuchar… ¿la tortilla se dio vuelta en la formación? ¿qué hacen de nosotros? un pueblo con dinero y mediocre, sin buena lectura, nulo análisis y una ética totalmente perdida. Una cosa es oír y otra escuchar.
En cambio es exiguo lo que se dice de los manifestantes, y en ese espacio se destaca lo peor y quizá lo que no son porque mayormente son tratados como “nadie” o un “nn” o, con esa palabra tan rica en su verdadero significado por esfuerzo y trascendencia en la  historia y ahora usada peyorativamente… “indios”, o como alguien escribió por ahí “ociosos”.
Sólo dos ejemplos: El primero; que de repente como yo hasta ahora, muchos tienen poco o errado conocimiento de las personas que fallecen en estas protestas –son “nuestros” muertos, no “sus” muertos-. Uno de ellos, en la marcha de Espinar, era Walter Sencia de 24 años, alguien con sueños y que luchaba por un futuro limpio, donde su hijo -que cuando vea la luz, no verá a su padre- pueda jugar y respirar sin que su sistema se dañe como lo están tantos niños de los pueblos de Espinar. Él era docente y payaso de los buenos, que hacia reír a los niños con el humor inocente y lúdico. Tenía una profesión y un oficio, no era un desocupado, ignorante o un número más para las estadísticas. Segundo: el alcalde de Espinar, que también por mala y falta de información creí -sin estar convencido- en las pruebes sembradas en su contra; este señor es todo lo contrario a un agitador. Esta es su segunda vez como alcalde y siempre ha buscado el dialogo y los acuerdos pacíficos, es autor del convenio marco con la minera Xstrata Tintaya, etc. Por lo que leo, presumo y resumo que su perfil es de un hombre noble, honrado, humilde de estudios y de apoyo a sus comunidades -justamente los requisitos que muchas veces (y la historia lo dicta) que se busca como chivos expiatorios -lo mismo veo que hicieron con la Congresista Mendoza- y su detención y proceso está fuera de toda tipo de justicia. Que vieja y mala costumbre de los políticos gobernantes de sembrar mentiras para ocultar sus errores, siguen pensando que el pueblo es tonto y lo cree todo, aunque muchos lo hacen, por más que alardeen de ser cultos y letrados.
El caso de Walter o Rudecindo –el otro muerto del espinar- y todos los hombres que caen por ejercer su libre derecho a la protesta e ideología, me recuerda una canción de Pete Seeger que habla de los latinos expulsados de Estados Unidos… “Deportee”:
…Adiós a mi Juan, adiós Rosalita, adiós mis amigos, Jesús y María.
Usted no va a tener un nombre al viajar en el avión grande
todo lo que se comunicará que usted será deportado

El avión se incendió el cielo sobre Los Gatos del cañón, Una bola de fuego de un relámpago que sacudió a todos los cerros, ¿Quiénes son esos amigos ahora todos esparcidos como hojas secas? La radio dice que son sólo deportados

Morimos en las colinas, que murió en los desiertos, morimos en sus valles y murió en los llanos, morimos bajo tu árboles y morir en tus arbustos, Ambos lados del río, que murió de la misma manera.

Es ésta la mejor manera de que podamos crecer nuestras huertas grandes? ¿Es esta la mejor manera que podemos hacer crecer nuestro buen fruto? Pero caen como hojas secas y se pudren en la capa superior del suelo y ser llamado por ningún nombre, excepto los deportados?
(fragmento)

Eso es, con otros palabras lo que para muchos de nosotros son: “nadie” y seguro nos indignamos de como Norteamérica trata a nuestros hermanos latinos, lo mismo hacemos con aquellos que no conocemos y son nuestros hermanos peruanos, y ese pensamiento que no sólo es ya de la mayoría de limeños que creen que el Perú es solo la capital -acostumbrados están de vivir en su propia contaminación y quieren seguir obteniendo los beneficios de la contaminación de otros pueblos que quieren agua y aire limpio-, lo mismo sucede en Arequipa y quizá pase también en otras provincias que van tomando forma de “ciudad moderna” que se van deslumbrado con tantas luces de los centros comerciales y ese “progreso”... ¡Amnesia! así como ellos, nosotros hemos sido también tantas veces olvidados, rezagados… de que ¡fuimos de condición baja o pobre protestando o indignándonos por los abusos y el centralismo! que ahora menospreciamos y titulamos de revoltosos e indolentes a los que velan por los suyos. Indignante es que un gobierno se jacto de su política “Agua para todos” y ellos cuentan con sólo dos horas diarias del liquido. ¿Cómo podemos juzgarlos si nosotros desperdiciamos el agua en nuestras o nos encolerizamos cuando SEDAPAR nos corta una hora el agua? o aún peor, cuando no hay agua caliente para bañarnos y si algún familiar se la gasto, ¡provocamos una refriega en nuestro hogar!... Detennos a pensar en este tan agitado, veloz y rutinario mundo, es casi imposible y mal visto.

Este no es un alegato en pro o en contra de nada, ni de nadie, no es un apología a la insurgencia o al terrorismo y no estoy a favor de los dirigentes que se aprovechan del pueblo y su indignación para hacerse conocidos, ganar cupos mientras sus ojos están puestos en las sillas exclusivas del congreso y palacio; tampoco soy partidario de una ideología política. ¡No me llamen socialista o comunista por mi opinión!, ¡no me llamen capitalista por tener una empresa! –pequeño negocio que podía indicar algún capital o lucro-, ¡no los soy! No soy ni de izquierda, ni de derecha, ni del moderno y demagógico “centro”. Soy de los que piensan que uno debe informarse bien primeo y no juzgar desde su cómoda posición o terrible situación; soy de los que creen que de todas esas corrientes y filosofías ideológicas se deben extraer lo mejor y crear un equilibrio en el pensamiento, lo justo para todos; soy de los que creen que toda vida humana y su libertad es más importante que cualquier cantidad de dinero o idiosincrasia y, que es más cierto y real los sueños, que un futuro “seguro y estable”.

Me siento a veces como una isla y solo tal vez acabaré y equivocado quizá esté; porque simplemente quiero ver más allá y no ser parte de la indiferencia y el egoísmo que el sistema nos somete, porque no quiero creer que como dicen muchos: “el pobre será siempre pobre y el rico, rico”  -muchos ya pasaron de un lugar a otro-; ¡por creer que si se puede un país más equilibrado! y no con propinas o subsidios imputadores, ni tampoco con sometimiento, ignorancia o un futuro incierto que ahora te da riquezas, pero después no tendrás donde gastarlas, porque no habrá ni tierra, ni agua, ni aire puro, ¡quizá no te importe porque ya tú viviste!, pero hay niños que con el tiempo serán mutantes… No me entra en la cabeza -desde varios puntos de vista, el ecológico, el visual…- como se puede pensar en hacer desaparecer una laguna para convertirlo en botadero, nos olvidamos del “Efecto mariposa”; porque cada vez más se van sumando a este “boom”, que tendrá cosas muy positivas, pero que nos enceguece sin dejarnos ver más allá de nuestras narices y todo lo negativo que trae; o nos conformamos y aceptamos porque… “algunos tienen que crecer y otros perecer”.