miércoles, 23 de febrero de 2011

Tenemos una opción

El Perú ha tenido un crecimiento económico realmente significativo y sin desmerecer a nadie su aporte en los últimos gobiernos quizá mínimo (pero que detrás ha habido hombres que lo han hecho en silencio o mostrándose, al final la gloria se lo llevan los presidentes ni siquiera el partido; menciono esto para resaltar que tan mezquinos, ingratos,  mal y muy poco informados estamos). También está el aspecto coyuntural como ejemplos: la crecida en el precio de los commodities, la imagen del Perú sobre todo en el aspecto del turismo con Machu Picchu o el esfuerzo de tantos peruanos que han rescato la esencia del Perú y la han presentado a nivel internacional, tenemos a Gastón Acurio con la comida peruana por mencionar a uno y una rama de todas de lo rico que es el Perú: artesanía, productos agrícolas de exportación, textilería, diseño y moda… inclusive en programas de exportación y películas premiadas (cuando entendamos nuestras raíces como parte importante, real y de orgullo, no sólo para mostrar maravillas, sino para mostrar quien las hizo y el contorno que fortaleció y no ser una copia –que lo hemos sido por años- de culturas modernas externas que no tienen ni el diez por ciento de la riqueza e historia de la nuestra, seremos más grandes y trascendentes).

Al Perú le falta mucho, como en educación (que gracias a Fujimori tenemos un retraso de más de 10 años), formación y cultura que se la ha tomado mayor interés con el último premio Nobel de Literatura "Mario Vargas Llosa" -la gente empieza a leer-. Falta seguridad y sobre todo que ese crecimiento económico sea bien res tribuido, planificado de tal manera que llegue a ese todavía gran porcentaje que tiene el Perú de pobreza y que no se quede en los bolsillo de tantos corruptos.

No es la primera vez que el Perú tiene un candidato de la calidad de persona: PPK. Por ejemplo tuvimos a Pérez de Cuellar que mencionar sus logros y los premios que ha alcanzado y sigue obteniendo a nivel nacional e internacional me llevarían muchas más palabras e ítems que escribir, pero igual no salió presidente. Lamentablemente estamos acostumbrados a la criollada peruana donde el que tiene el floro y la pendejada (disculpen el término) de la calle convence y gana el liderazgo de la mancha que cree que piensa y no lo  hace; donde nos quejamos de los políticos tradicionales y son a los únicos que escuchamos, que pedimos cambio y nosotros no somos capaces de cambiar nuestras fuentes de información o de ampliarlas; capaces de ahorcar los hábitos o el chip que tenemos instalados desde niños por una tradición familiar de ideologías, políticas o rebeldías antiquísimas que ya no le hace bien al país o caer en ridiculeces como discriminaciones y racismo (nos quejamos de ser discriminados, pero estamos en el mismo juego, lo es el cholo del gringo, el blanco del negro y viceversa; el pobre contra el rico y el rico contra el pobre… de la costa sierra y selva) si entendiéramos de una vez por todas que estamos en el mismo barco y si se hunde nos hundimos todos. Entendamos que el crecimiento de uno es de todos y si los demás no crecen yo tampoco lo podre hacer en mi total dimensión.

Más allá de poner las manos al fuego por alguien y de pretender de que sea perfecto y que solo entrara al gobierno, es reflexionar sobre las posibilidades que tenemos y elegir  por quien tiene una trayectoria lo más limpia posible; de esfuerzo y no de oportunismo o de la politiquería de siempre; de talento, experiencia; conocimiento de nuestro país y el no obtenido por los viajes coyunturales a la hora de elecciones, sino por su querer llegar más allá de su propio interés, y no más que el querer siempre crecer, conocer y dar.

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