En un viaje familiar pudimos disfrutar y admirar tanta vida y belleza junta, donde el acceso del hombre es limitado porque sólo cuenta con caminos angostos donde puede transitar en fila india. Para ser un lugar menos promocionado y concurrido por turistas tanto nacionales como extranjeros, que el Cuzco, esos pequeños caminitos estaban bien cuidados, muchos de ellos contaban con señalización y barandas de seguridad con los mismos troncos que proporciona la naturaleza para no romper la armonía; limpieza (botes de basura), normas que seguir, vigilancia y guías que no cobraban.
Caminos largos que te llevaban horas recorrerlos, Inclusive para llegar a las Cataratas Velo de Novia (maravilla natural que inspiro el poema escrito al costado derecho del blog) había que bajar peligrosos peñascos y gradas naturales muy estrechas y paradas -mi madre en gran desafío llego sin mayores sobresaltos GRANDE MADRE-. Pero era tal la paz, la vida y el momento pleno que te da la selva que uno podía sentirse parte de ella e inclusive colgarse de aquellas lianas que se ven en las películas de Tarzán sin mayor temor; podías andar, saltar y volar con libertad tanto físicamente, como espiritualmente.
Tengo en el recuerdo como la vida en su estado original comparte armoniosamente el paso de seres tan diferentes: cada uno con su fuerza, su lugar y abandono; tengo en la memoria el esfuerzo de mi madre por las grandes caminatas al igual que mis sobrinos que sin quejas, más bien con entusiasmo y júbilo (en la ciudad no caminarían más de dos cuadras y no por flojera, sino por lo pesada que es y su descanto). Tengo en el repaso, con el que sumo ya varios intentos de ahogamiento; -me paso en el mar de Mollendo, en una piscina de Radio Patrulla, en el rio Chili- esta vez fue en la laguna formada por las cataratas donde por intentar salvar a una mujer que no calculo la profundidad de la laguna que pretendiendo tener una mejor vista para su foto, se interno hasta no tener piso y empezar a dar sus primeros manotazos y yo, estando cerca me adelante a socorrerla, pero ante la desesperación de ella, la inoperancia de su amigo que estaba algo cerca y la quietud del enamorado que tomaba la foto desde la orilla; me empezó a hundir con ella. Felizmente había que avanzar muy poco para pisar fondo y poder salvarnos, es así, que sin pensar mucho y entre medio del agua, debajo de ella y su desespero avance, no se realmente como, al final la llegue… mejor dicho llegamos a salir, pero ante tantas curiosidades, era que para un lugar tan pequeño, que en su circunferencia no tendría un diámetro mayor a cinco metros y que se encontraba repleto de gente, nadie, pero nadie se percato del exabrupto, ni mi familia. Es bueno saber hacer las cosas silenciosamente sin llamar mucho la atención… al final hubiera sido todo un roche…, así que no se enteraron más que ella, su amigo, su enamorado y yo, los cuales nos volvimos a encontrar en la noche en la plaza de La Merced y sólo bosquejamos una leve sonrisa y algo de vergüenza por parte de la dama.
Me preguntaba al ver una serie de fotos de diferentes cascadas y cataratas que me llego por un e-mail y recordar este viaje: Por qué ellas que van hacia abajo pueden crear tanta hermosura a la vista, tanta fuerza en su caída y a la vez tanto pavor al observar su trayecto…, y uno sentirse tan pequeño, pero no asustarse, sino sentirse agradecido y bendecido.
Pensaba en el ser humano que mira hacia arriba y sólo quiere subir y que igualmente puede causar pavor cuando va subiendo y creciendo; causa miedo con su actuar y proceder cuando se encuentra arriba, pero definitivamente no crea belleza, peor aún no crea vida, sino la destruye con su arribo; en cambio esas caídas de agua traen vida a su paso, hacen brillar a seres tan duros y resistentes como las rocas, llevan esperanza a pueblos cercanos y florecimiento a quien lo rodea. Creo… que …“Es tan bueno estar en la cima del monte como en las profundidades del valle, porque en lo alto puedes ver lo hermosa de la vida, pero estando dentro puedes saborear el origen de todo”
2 comentarios:
Amiguito, que bonito escribes, ya te lo dije una vez y no me cansaré de decirtelo.....dichoso eres por poder contemplar tantos paisajes que Dios nos ha regalado, espero algún día tener la misma dicha que tú.......cuidate mucho.....te deseo lo mejor.......eres un amigo muy querido para mí, siempre lo fuiste y ahora que nos volvimos a reencontrar(aunque sea sólo por internet) me siento muy feliz.......
¡ Salvavidas!.... un nuevo oficio..... jajajajajaj
Un abrazote, que tengas un bonito día lleno de bendiciones
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