jueves, 16 de diciembre de 2010

Un poco sobre el Nobel de Literatura 2010 - Primera Parte

Hace una semana fuimos parte de un momento. Más que un momento; una era que quedará marcada en la historia peruana, latinoamericana y mundial, el reconocimiento a Vargas Llosa por su trayectoria y aporte a la literatura mundial. Pero antes que la entrega del premio pudimos vivir y deleitarnos con un discurso que en la mayoría -que no conocíamos a Mario Vargas Llosa en todas sus facetas- nos sorprendió, mas no en sus amigos que sabían de su gran sensibilidad; obvio, es escritor y eso viene por añadidura.
Muchas partes, si es que no es todo, se pueden más que rescatar, comentarlas, meditarlas y hasta hacerlas nuestras.
Tal vez aquellos hermanos sin oportunidades y por mucho tiempo olvidados por gobiernos e instituciones y que en últimos años o a una edad adulta han sentido la valía de lo que es saber leer y escribir, puedan elevar a lo más alto de lo importante las primeras palabras del discurso. Nosotros, acostumbrados a esa beneficio desde niños no le dábamos la verdadera jerarquía hasta ahora que se la escuchamos a Mario Vargas Llosa. Eso pasa a menudo con lo que estamos acostumbrados a ver o poseemos desde mucho tiempo.
Recuerdo que hace años unas amigas iqueñas que primero fueron a presentar su homenaje a la Virgen de Chapi (una comunidad de Ica, devotos de la Virgen) y que luego al retorno a su ciudad, permanecieron una noche en Arequipa, como no disponían de mucho tiempo las lleve a que conozcan solamente el centro de la ciudad; visitamos, obviamente la Plaza de Armas la cual estaba quieta y silenciosa -era un primero de mayo- y puede ver a través de sus ojos una belleza que estaba acostumbrado a tener pero no admirar, como un niño emocionado por lo ignorado y que por primera vez me detuve apreciar y sentirme más orgullo de mi ciudad; luego las lleve al puente Bolognesi, la calle e iglesia San Francisco…
Nos pasa cuando estamos acostumbrados a algo y no nos damos cuenta de lo maravilloso que es hasta que alguien no los hace notar "es la cosa más importante que me ha pasado en la vida...".
Siempre uno querrá tener a su lado en momentos de gloria al ser más querido, del cual eres una parte y dio los cimientos a tu historia: a mamá y con ella a todas aquellas personas que no se opusieron a tus locuras, sino que fueron partes de ellas y las impulsaron, sin más nada que creer, que en la libertad de Ser, de perseguir sueños y locuras como el arte.
Una de mis partes favoritas de este emotivo mensaje es: "he podido dedicar buena parte de mi tiempo a esta pasión, vicio y maravilla que es escribir, crear una vida paralela donde refugiarnos contra la adversidad, que vuelve natural lo extraordinario y extraordinario lo natural, disipa el caos, embellece lo feo, eterniza el instante y torna la muerte un espectáculo pasajero". Aunque no le he dedicado buena parte de mi tiempo y me hubiese gustado que fuese así, pero el mundo y el sistema te obliga a viajar por otros lares, a cumplir compromisos y pensar en el futuro... y ese es nuestro presente... prevenir el futuro. Pero si puedo tomar lo restante y corroborar la magia que causa el escribir, aparte de ser terapia ante la depresión, estrés, se puede convertir en buen aliado, un amigo que escucha, un confesor o como bien lo decía Jorge E. Eielson cuando se refería a la poesía: “es una forma de vivir, una especie de salvavidas… para muchos y también una forma de celebrar, de celebrar lo poco que nos es dado, que es esa vida…”

No hay comentarios: